SIGNOS VITALES, QUE SON Y EXPLICAR CÓMO SE TOMA CADA UNO.


6. SIGNOS VITALES, QUE SON Y EXPLICAR CÓMO SE TOMA CADA UNO.
 Para el APAA los signos vitales son: la temperatura de la piel, el pulso, y la respiración (TPR).
     TEMPERATURA DE LA PIEL.
Se mide en la frente, espalda y abdomen. Si cree que el paciente tiene una herida en cualquiera de estas áreas, puede levantar, deslizar o desabotonar la ropa para examinar el sitio.
La temperatura de la piel se mide en la frente
del paciente a menos que el acceso a esta área no sea práctico.  Use la parte posterior de su mano para determinar si la temperatura de la piel está normal, caliente, fresca o fría.  Al mismo tiempo, observe si la piel del paciente se encuentra seca, húmeda o pegajosa.  Examine la presencia de “piel de gallina” que a menudo se asocia con escalofríos.
REGLA 7: Tome los signos vitales; este proceso le llevará algo más de un minuto; la información obtenida puede salvar la vida del paciente.


     PULSO.

Cuando tomé el pulso de un paciente debe determinar dos factores, la frecuencia y el carácter. En términos de frecuencia, debe determinar el número de latidos por minuto.


Para medir la frecuencia del pulso radial, debe:
1. Usar los tres dedos del medio de su mano.  Esto le permitirá mantenerse fijo sobre el sitio y juzgar la cantidad de presión necesaria.  No use el pulgar, ya tiene su propio pulso y por lo tanto puede estar midiendo éste y no el del paciente.
2. Ponga las yemas de los dedos en el lado palmar de la mano justo sobre el pliegue entre la mano y la muñeca, Deslice sus dedos hacia el lado del dedo gordo (lado lateral).  Manteniendo la yema del dedo medio sobre el pliegue, entre la muñeca y la mano se asegura que las otras yemas se encuentran en el lugar deseado.
3. Aplique una presión moderada para sentir el pulso.  Si el pulso es débil, va a tener que aplicar más presión.  La presión excesiva puede causar problemas del flujo sanguíneo.  El mantener los tres dedos en contacto con la mano y la muñeca del paciente le va a permitir corregir la presión que aplica.
4. Una vez que sienta el pulso, determine si es rápido, lento o normal.
5. Cuente el número de pulsaciones en treinta segundos.
6. Mientras cuenta, determine el ritmo y la fuerza.
7. Multiplique su cuenta por dos para determinar el pulso radial expresado como “tantas veces por minuto”, por ejemplo 70 veces por minuto.

NOTA: Si siente un pulso irregular en el paciente, cuente las pulsaciones por un minuto completo


La frecuencia normal del pulso en adultos cuando están en reposo oscila entre 60 y 100 veces por minuto.  Cualquier frecuencia sobre 100 es rápida y cualquier frecuencia por debajo 60 es lenta.  En situaciones de emergencia es frecuente encontrarlos cerca de 100 veces por minuto.  Considere que los pulsos que sobrepasan de 120 por minuto o que estén debajo de 50 por minuto, como situaciones muy serias.


     RESPIRACIÓN.

Durante la evaluación secundaria deben determinarse la frecuencia y el carácter de la respiración. La frecuencia de clasifica en normal, rápida, o lenta.

Para medir la frecuencia respiratoria y su carácter, usted debe:

1. Permanecer en la misma posición que asumió para medir el pulso. Mantenga sus dedos en la muñeca de su paciente como si todavía estuviera midiendo el pulso.  Muchos individuos cuando saben que alguien está observando su respiración, tienden a variar su frecuencia respiratoria. 2. Observe los movimientos del tórax y escuche los sonidos. 3. Cuente el número de respiraciones (una respiración = a una inspiración y una espiración), tomados en 30 segundos.  Multiplique el resultado por dos para obtener las respiraciones por minuto. 4. Mientras cuenta las respiraciones, observe el ritmo, la profundidad, el sonido, y la facilidad con que respira.

La respiración normal para adultos en  reposo oscila entre 12 a 20 respiraciones por minuto, teniendo la mayoría de las personas de 12 a 15 como promedio normal. Los adultos más viejos tienden a respirar más lento que los adultos jóvenes, los lactantes pueden tener un rango de 35 a 60 respiraciones por minuto. Para los adultos, una frecuencia que sobrepasa las 28 respiraciones por minuto es seria. Si el paciente es un niño de uno a cinco años de edad, se considera serio una frecuencia que sobrepase las 44 respiraciones por minuto. Una frecuencia superior a 36 respiraciones por minuto es seria en niños de 5 a 12 años.









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